Ventajas de la Mejora Continua

Como empresa, un ciclo de mejora continua puede ayudarte a realizar cambios que aumenten la satisfacción, la eficiencia y la calidad general de los empleados. Estas son algunas de las principales ventajas del proceso de mejora continua.

Eficiencia operativa

Cuando tienes mucho que hacer, ahorrar un poco de tiempo marca una gran diferencia. La mejora continua te permite agilizar los procesos para aumentar la productividad, lo que significa que puedes hacer más en el mismo período de tiempo.

Mejora del compromiso de los empleados

Permitir que los empleados participen en el proceso de mejora continua puede hacer que tu equipo participe más y aumentar el compromiso de los empleados. Toyota lanzó en 1951 el Creative Idea Suggestion System, un sistema para incentivar las sugerencias creativas que pretendía aumentar el compromiso de los empleados mediante la mejora continua.

Reducción de residuos

Las metodologías de mejora continua, como la metodología lean, ayudan a reducir los residuos al eliminar la «grasa» de los procesos individuales. Si puedes reducir un proceso a unos pocos pasos sencillos, puedes ahorrar tiempo y aumentar la productividad.

Reducción de costes

Eliminar los procesos ineficientes y agilizar los procesos para hacerlos más eficientes puede generar ahorros de costes. Aplicar los principios de optimización a la fabricación significa ahorrar tiempo y recursos a lo largo del proceso de fabricación. Optimizar la gestión de la cadena de suministro puede reducir los costes de almacenamiento y envío y mejorar tus resultados.

Calidad superior

Con la mejora continua, trabajas constantemente para mejorar los procesos menores que, en última instancia, mejoran tu producto o servicio. Al agilizar los procesos y hacer más con menos recursos, puedes ofrecer mejores productos y servicios a cada cliente.

Cómo implementar la mejora continua

Implementar la mejora continua en tu empresa es un proceso de cuatro pasos conocido como ciclo PDCA. Aquí desglosamos su funcionamiento:

  • Plan: Empieza por determinar en qué puedes mejorar y crea un plan. Por ejemplo, si no logras atraer a tus clientes, puedes intentar ofrecerles un descuento o una oferta promocional por correo electrónico.
  • Hacer: Durante este paso, implementas tu plan a pequeña escala. Esto te permite determinar la eficacia de tu plan sin efectos en toda la empresa.
  • Comprobar: A continuación, observa los resultados que has obtenido con tu plan. ¿Ha funcionado? Reflexionar sobre los resultados de tu plan es uno de los pasos más importantes.
  • Ley: Si tu plan ha funcionado, puedes implementarlo a mayor escala. Si tu plan no ha funcionado, puedes volver al principio y empezar de nuevo con la fase de planificación.

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